Hoy escribo para anunciar públicamente que renuncio a la ADEA, Asociación de Ergonomía Argentina, asociación que he contribuido a fundar en 2002, desde una idea inicial que teníamos con Gabriela Cuenca y a la que otros colegas se sumaron como Osvaldo Bellettini, Mario Poy, Juan Carlos Hiba, etc.. Eran tiempos de luchas y de ilusiones, de generar cosas desde nuestro lugar, el de los ciudadanos... Hoy el país cambió, por suerte en muchos aspectos para mejor, en otros para peor... pero algo importante que ha ocurrido es el mayor impacto de las decisiones del Estado en nuestras vidas, Estado que muchas veces intenta mejorarnos la vida pero que no lo hace bien por desconocimiento, o en casos más complejos, por mala fe. En este nuevo contexto creo que una asociación como la ADEA debería enfrentar claramente varios objetivos que tienen que ver con participar en la mejora de las reglamentaciones que se determinan desde el Estado y que afectan el desarrollo de la ergonomía, y en particular el del trabajo de los ergónomos en la prevenciòn de la salud, seguridad y fiabilidad en el trabajo. Como no lo está haciendo, a mi modo de ver, prefiero dejar la institución hasta que vengan gestiones más conscientes de esta necesidad, de esta urgencia.
Además de este primer punto, renuncio porque para mi la ADEA debería ser ejemplar para poder ser referencia en el mundo del trabajo... y creo que por ahora la ADEA no lo es: no piensa en cómo mejorar su estatuto despuès de habernos topado con muchas dificultades derivadas de sus contradicciones o indefiniciones, tras haberlas listado inclusive un 31 de diciembre trabajando hasta muy tarde en la noche! La ADEA actual no se autocritica, no revisa sus procedimiento, y sobre todo no es transparente, prolija ni democrática: es necesario ser muy prolijos en la redacción de las actas de reuniones, escribir lo que se dice, no reconstruir un discurso a posteriori que no refleje lo que se habló y que impide que los miembros se enteren de lo que se dijo realmente... y eso no se hace asi en la ADEA... Ante estas constataciones, e incluso ante sucesivas alertas que dimos algunos, la mayoria de los miembros por no hacer mucho barullo dejan hacer a sus directivos lo que a ellos se les ocurre sin control. Los pocos intentos de mejora de estas prácticas son condenados y frenados, incluso por momentos se ha intentado recurrir a una suerte de tribunal de "justicia" o algo así que frene a los "rebeldes". Eso si, siempre utilizando un tono equilibrado y con expresiones diplomáticas, que no puedan confundirse con el autoritarismo que esconden.
Considero que así no se puede garantizar la participación de los miembros en las decisiones, y que no se avanza en pos del pluralismo. Una reflexión acerca de lo que puede estar generando esto: por lo que me han dicho otros compatriotas que han tenido experiencias asociativas, esta tendencia es muy cultural y tiene que ver con la falta de práctica de la vida asociativa sana y transparente, la falta de modelos participativos de funcionamiento y con la incapacidad de asumir el pluralismo, la controversia como parte de la vida... esto obviamente, ademàs de las cuestiones del poder, la hybris y compañía... Lo que planteo no es un juicio de valor, sino la constatación de ciertos límites para la transformaciòn de estas situaciones, lo que me lleva a decidir la renuncia por ese motivo tambièn... He escuchado recientemente a un miembro importante de la CD decirme que era normal para él que recibieran propuestas de los miembros pero que después la CD hiciera a su entender, sin incluir las propuestas, y sin argumentar el por qué de la exclusión de las mismas. Y aqui viene otro comportamiento que me ha desilusionado y que no puedo entender: los mismos miembros, ante estas situaciones, en general prefieren la "falsa paz" a la "verdadera controversia"... prefieren "la falsa calma de la hipocresía, pero con buen trato" a "la autentica turbulencia de la disputa", que suele venir con enojos y emotividad... eso es algo que no puedo entender... cómo es posible? Para qué hacer creado una asociación si no se puede decir lo que enoja, lo que nos aleja, lo que nos duele, para encontrarle una salida JUNTOS? Por decir estas cosas se me ha calificado de agresiva, de no querer llevar la ADEA a buen puerto, de no respetar las normas de convivencia en paz y respeto... yo denuncio: estas son prácticas semejantes a las que callan y condenan la protesta social, son vestigios del autoritarismo, y nos debemos liberar de las mismas cuanto antes si queremos crecer como sociedad. No tengamos miedo. La paz es buenísima, pero cuando es el resultado de un proceso de construcción colectivo y de superación de las controversias, no cuando es el resultado de callar y hacer "como si no hubiera ningún problema".
Y luego tengo que mencionar el tercer flagelo, que es para mi como un cáncer en la ADEA: finalmente creo que hemos sido demasiado laxos al dejar ingresar a la ADEA a gente que lo único que desea es figurar, gente que no es profesional en el sentido profundo del tèrmino, que solo quiere tener un label "ergonómico" asociado a su persona, consultora o fàbrica de productos, para que eso le sirva como una suerte de garantía de calidad ante sus clientes, para que eso lo "salve" en cierto modo... o sea, la ADEA como instrumento o vitrina para poder vender mejor sus servicios o productos... El problema es que los hemos dejado ser socios activos, con posibilidad de dirigir la ADEA, y no solo de ser socios adherentes, lo que los hubiera incluido pero sin plantear riesgos... Esto es como decía un profesor el otro día en un seminario al que asistí en la UBA "hay gente que no sería nada si no estuviera en la institución en la que está, ocupando el cargo que ocupa"... y eso me parece en algunos casos lo que ocurre en la ADEA... si algunos no fueran presidente, vice, tesorero, secretario, no serían nadie en el mundo de los profesionales de la ergonomìa ... Buscan llegar a esos puestos para aportar lo que creen desde un lugar que en el fondo esta poco sometido al control social... Sin eso, nadie los reconocería dentro de la profesión... no solo por insuficiencia de formación, porque muchas veces la tienen, pero porque no se pliegan a las reglas de la profesión, porque eso supone confrontarse a los pares, publicar, argumentar el por qué se hace lo que se hace en el terreno, y sobre todo supone decir "no se todo, voy a seguir aprendiendo algo del otro, de mi par"... Esto supone que los egos sean un poco menos grandes, y que las profesiones de base, la medicina y la ingeniería mayoritariamente, deban hacer un impasse y decir "la ergonomía me va a enseñar algo nuevo, lo tengo que aceptar"... esto se ve reflejado claramente en la manera en que maltratan incluso a su aliada institucional, la IEA (Asociación Internacional de Ergonomía) no haciendo ningún aporte serio a la misma, dejando de participar en muchas de sus actividades durante años... La IEA no está al tanto de las prácticas reales de la mayoría de los dirigentes de ADEA, de sus pensamientos profundos, y cree que estos adhieren a sus principios... pero eso es mentira, no adhieren. Y esto lo se porque he pasado mucho tiempo "invitándolos" a que certifiquemos los ergónomos profesionales, pero esto no fue posible... no piensan en certificar como lo propone la IEA con sus referenciales... en eso no creen, pero no lo dicen explícitamente y por el contrario si pagan la cuota anual para "hacer como si creyeran"... No sea cosa que se les quite el único paraguas que tienen para avalar su pertenencia a una institución seria ...
Todo esto junto hace que las miserias más horrendas se junten por momentos en las comisiones directivas, que se ignore a los miembros de ADEA, incluso a los fundadores, cuando estos reclaman temas de debate ausentes, acciones sobre la reglamentación ausentes, la necesidad de reconocer la profesión y de generar un sistema de certificación, por ejemplo. Mi experiencia me lleva a pensar que se frenan sobre todo los temas que afectan la capacidad de trabajo de quienes están en la comisión directiva, finalmente. Si planteamos una reforma que exija por ejemplo ser ergónomo a un fabricante de muebles "ergonómicos", o en todo caso que este contrate a un ergónomo profesional para que se pueda diseñar correctamente su producto, la sensación es que se cuestiona el trabajo los fabricantes, en vez de pensar que se mejoran las condiciones de trabajo de los usuarios y clientes de esos fabricantes... Si se plantea un sistema de certificación del ergónomo profesional, (siendo incluso opcional, no obligatorio!) la reacción mayoritaria es "lo hicieron para dejarme afuera a MI"... sin pensar en que es necesario elevar la vara de la calidad porque en el país pululan los irresponsables y los estafadores si no ponemos un referencial desde la profesión... referencial que pueden o no tomar los clientes... encima eso, ni siquiera sería obligatorio... pero eso ya es MUCHO ... o sea, siempre la mediocridad, tirándolo todo para abajo...
Otro capítulo aparte es la negociación con el Estado... últimamente vemos con mucha preocupación la falta de mejoras en la resolución 295 anexo 1, a pesar de que los ergónomos hemos enviado nuestras sugerencias, entre otras la idea de que se mencione claramente que en la regulación la práctica de la ergonomìa debe ser ejercida por ergónomos profesionales. También se agrega a este primer texto el de un dcreto presidencial (1338) que deja afuera a los ergònomos de la prevenciòn de enfermedades profesionales y de accidentes, optando por la higiene y seguridad y por la medicina del trabajo como profesiones encargadas de evaluar las "condiciones ergonomicas"... mas alla de los errores u horrores que el uso de estos terminos y expresiones puedan implicar, està la idea de que ya entre estos dos grupos profesionales" se cocina" la ergonomìa... si no fuera que he hablado directamente con miembros de la CD actual de la ADEA y si no hubiera escuchado sus respuestas a este interrogante, no dirìa lo que pienso ahora: ellos ya tienen licencia para hacer "ergonomìa", por lo que estàn tranquilos... no hay mas nada por què luchar... pero què hacemos los ergònomos que no somos ni medicos laborales ni lic. en higiene y seguridad? què hacen los ergonomos recibidos en la UTN que antes fueron kinesiologos, Terapistas ocupacionales, psicologos, fisioterapistas, ingenieros (sin posgrado en higiene y seguridad), diseñadores industriales? A donde quedan todos estos profesionales que SI son ergonomos desde un punto de vista profesional porque han seguido una formaciòn compatible con los criterios de certificaciòn internacionales de la IEA, màxime cursando una carrera acreditada por la CONEAU?
Existen muchas más razones para renunciar a èsta ADEA que no viene al caso citar acá pero que tienen que ver con un desprecio constante que siento y recibo por parte de la mayoria de los miembros de la CD actual. Por eso me despego de esa linea de trabajo, digo claramente que no adhiero a la misma, ni la comparto, ni la avalo. No usarán mi nombre para avalar lo que hacen... no se puede dejar hacer cualquier cosa como aliarse a instituciones que son comerciales y no científicas y que realmente no saben de ergonomìa, que no quieren saber y que "sacan de la galera" centros de estudios ergonómicos porque debe ser comercialmente correcto... No quiero que mi grupo profesional de pertenencia siga esa lìnea, quiero cambiar.
Con todo esto les digo lo que tengo en el corazòn, en la mente, en el alma, de un modo espontáneo y sin cuidar demasiado el estilo de redacción, pero sintiendo muy fuerte la necesidad de compartirlo con todos: si la ergonomía argentina sigue así, no podrà participar en el proceso de prevenciòn de los accidentes y de las enfermedades profesionales, no podrà aportar a la mejora de la fiabilidad humana en los sistemas... Seguiràn los Cromagnón, los Once y Castelar, los Lapa y los Austral, los Keyvis, los Brandsen, los accidentes de sillas de ski, los derrumbes de edificios, los suicidios en el trabajo y todas las consecuencias de un trabajo mal pensado, mal gerenciado y mal mejorad, a cargo de especialistas centrados en el ergomarketing vacio de contenido, llenos de ambiciòn econòmica y de codicia. Sin ciencia y sin lo más importante que es el amor por el otro. Monique Noulin decía que sin amor no hay ergonomía posible. Y coincido con mi maestra, y creo que con mi decisiòn hoy yo estoy reivindicando al amor como instrumento de intervenciòn. Mi amor por la ADEA que fundé no desaparece, solo se recicla en el amor por el otro.
A partir de ahora solo me dedicaré a hacer crecer la formación de especialistas, a formar a otros profesionales como los diseñadores industriales del interior del país a pensar en que la ergonomía es una herramienta para ellos pero también una posible vía de desarrollo profesional. Estaré cada día más presente en la formación de nuestros ingenieros, arquitectos, y especialistas en desarrollo de sistemas de información...creo que la ergonomía tiene que ser conocida por todos ellos para ser contemplada, en la medida de lo posible, en su propia práctica profesional, pero sobre todo para que ellos puedan hacer intervenir a los ergónomos profesionales cuando el proyecto los exceda. Aquí en Argentina hay demasiados accidentes, enfermedades profesionales, demasiada falta de reconocimiento en el trabajo para que los ergónomos estén desempleados. Vamos a formarlos, y tendrán mucho trabajo, y serán respetados desde el Estado porque haremos todo lo posible por lograr el reconocimiento de su profesión. ADEA de a poco irá comprendiendo estos desafíos, y cuando esté lista, volveré.
Seguramente me concentre también en crear junto a los profesionales ergònomos una asociación que se especialice en defender los derechos de los ergónomos. La nueva asociación sería nuestro lugar de encuentro entre profesionales, entre profesionales y clientes, entre los trabajadores que habrán recibido mucho de nuestros ergónomos y de los que nuestros ergónomos habrán aprendido mucho. Sería un espacio de ciencia, de critica constructiva a nuestras prácticas de intervención, de aprendizaje continuo entre colegas y personas a las que habremos intentado mejorarles la calidad de vida laboral. Sería un espacio de encuentro entre la ciencia y la política, porque la ergonomía es ese encuentro, también.
Alguien me decía el otro día que los ergònomos podríamos incluirnos en la categoría de "militantes"... y quizás tenga razón, y que parte de esa militancia del ergónomo sea renunciar a lo que no va con sus convicciones... Creo que eso hago hoy, renuncio a la ADEA porque no coincido con muchas formas de desarrollo de esa institución... y porque en el fondo milito por el amor...