Una reciente resolución de la SRT del Ministerio de Trabajo de la Nación Argentina, la Resolución SRT n° 905/15, es un texto que pretende lograr que los servicios de Higiene y Seguridad y de medicina Laboral estén "más cerca de los trabajadores"
Esta intención es sumamente válida y es innegable la necesidad de que un acercamiento exista, dadas las estadísticas de accidentes y enfermedades profesionales de nuestro país, pero sobre todo dado el ocultamiento de muchas de las enfermedades profesionales en manos de un sistema de prevención de riesgos profesionales que no se digna abordar muchas de las cuestiones más profundas como son los problemas de salud mental mal englobados en los riesgos psicosociales.
No entraremos en estos detalles que no son menores, pero que no hacen a nuestra preocupación mayor que es el uso del concepto de Ergonomía que acompañan a estos ultimos cambios reglamentarios, sobre todo a través del concepto de Protocolo de Ergonomía que incorpora la Resolución SRT n° 886 - 2015 que supuestamente mejorará el bienestar laboral.
Mi comentario tendrá dos ejes, uno centrado en el problema del uso de la expresión "Protocolo de Ergonomía" sin que se aclaren quiénes son los profesionales idóneos para llevarlo a cabo y el otro centrado en el desarrollo que se va a ir dando y que ya vemos emerger de formaciones comerciales para dar respuesta a las demandas que genera esta reglamentación, por razones obvias.
Comenzaré por lo primero, y será comentarles mi opinión acerca de los riesgos que plantea el nuevo "Protocolo de Ergonomía" tanto para los ergónomos como para los trabajadores... Ante todo, estoy muy asombrada de su lanzamiento ya que no cuenta con la aprobación de la mayoría de mis colegas ergónomos. No es de extrañar que la dirección de la ADEA la aplauda y se felicite de este "nuevo logro", ya que hace tiempo vemos como las líneas de trabajo de esa institución se alejan de las preocupaciones de los ergónomos que la hemos fundado. Por otro lado esas planillas y el protocolo en si mismo no son el reflejo de lo que abarca la ergonomía ni de lo que hacemos los ergónomos como profesionales. La ergonomía es más que prevención de riesgos musculoesqueléticos y ese protocolo encierra a la ergonomía en esa dimensión exclusivamente, siendo un problema para los profesionales y para nuestra imagen en el mercado de trabajo. De más está decir que la manera en la que plantea abordar el problema de la prevención de los riesgos musculoesqueléticos es muy simplista, reductora y no coincide con el abordaje más completo que se hace desde nuestra profesión.
Lo más grave de esta reglamentación es que indica que el Protocolo será desarrollado por personal idóneo, pero no identifica el criterio de idoneidad, por lo tanto decir eso y nada es lo mismo. Lo hemos advertido ante la ADEA en varias oportunidades, no se qué habrá sido de esta advertencia, pero se ve que no es algo que preocupe por lo menos al presidente quien afirma en la página web que está de acuerdo con el criterio de definir la idoneidad de este modo: "Entiéndase por profesional con conocimiento en ergonomía, a un profesional experimentado y debidamente capacitado que certifique su conocimiento en materia ergonómica."
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Mi primera conclusión antes tamaña barbaridad, es que la SRT ha aceptado una validación por parte de un organismo profesional como la ADEA, pero que no se ha enterado de que en esa validación solo participaron pocos, y es normal entonces que haya lanzado la reglamentación sin mayores problemas. En este momento, dada la gravedad del tema, pido a los responsables del diseño de esta resolución que le cambien el nombre de "protocolo de Ergonomía", como ya lo hemos solicitado a la SRT hace ya un año -y que la SRT se había comprometido a cumplir- para no afectar la imagen de los ergónomos en la sociedad, ante todo. Deberían cambiarle el nombre para evitar que gente sin formación diga o sienta que hace un trabajo de Ergonomía, lo cual será natural porque estará siendo habilitado por una reglamentación del Ministerio de Trabajo. Con decir que se trata de un Protocolo de evaluación de riesgos musculoesqueléticos o físicos, hubiera bastado. Ya están llegando pedidos de formación más o menos corta a nuestras casillas de correo para que puedan "rápidamente" adquirir las competencias y llevar a cabo los protocolos personas formadas en Higiene y Seguridad y medicina laboral, sin que podamos decir nada al respecto porque la regulación las está habilitando a hacerlo!
Que quede claro que no me opongo a que exista una reglamentación que intente favorecer la detección del problema en la industria, y que para eso se puede delegar en especialistas de diferentes profesiones la tarea del relevamiento del sintoma, e incluso de algunos factores causales presentes en el lugar de trabajo. El problema es que se resuelve utilizando la etiqueta equivocada, dejando de reconocer al profesional ergónomo a quien no se convoca específicamente para dar respuesta al problema (con una formación corta cualquiera puede hacer estas evaluaciones ya que nada prohibe lo contrario) y quien se le apropia el nombre de su profesion entregándosela a personas que no se han formado para ejercerla... Quisiera expresar entonces que creo que sería necesario enmendar esta resolución cambiándole el nombre, evitando asi confundir la aplicación de este protocolo con el ejercicio profesional de la Ergonomía, y que los solo los ergónomos con formación certificable podamos formar parte de los profesionales que trabajen en la identificación de estos riesgos y en el análisis de sus causas, para su prevención y/o corrección. No voy a entrar en los detalles relacionados con la evaluación técnica del protocolo, porque a mi modo de ver el problema se soluciona comprendiendo que no es un protocolo de ergonomía, sino otra cosa, que deberían definir sus diseñadores antes de cambiarle el nombre.
Por otro lado, y como todo tiene que ver con todo, hay un riesgo en cuanto a proliferación de cursos de ergonomía comerciales que van en contra de la verdadera manera de abordar la ergonomía y de ayudar a los trabajadores y a los empresarios a vivir en condiciones más saludables y confiables. En efecto, y lo digo como miembro de un grupo que reflexiona y genera desde hace tiempo los estándares para el ejercicio profesional del ergónomo en la Argentina en coherencia con lo que indican los criterios de la IEA, creo que existen en la actualidad en nuestro país formaciones altamente comerciales y poco serias, que se escudan detrás de presentaciones rimbombantes y de instituciones que "respaldan" los contenidos, y que lo único que harán es permitir sobrevivir a quienes las imparten. Los contenidos de estas formaciones van en contra del modelo de certificación que estamos elaborando hace tiempo. Un detalle no menor es que según nuestro modelo de certificación la pericia solo se adquiere después de varios años de ejercicio profesional en un campo específico o sector de actividad, y estos cursos parecen vender la adquisición de una supuesta pericia en muy poco tiempo. Otro detalle más sutil es el del aprendizaje de la práctica profesional: si los estudios no lo inluyen, habrá que completarlos con un seguimiento por parte de un Senior a posteriori si se quiere certificar. Mi advertencia es que no caigan en la trampa ni de los cursos de 2 meses, ni en la facilidad de los estudios sin filtro, y que miren bien lo que van a hacer antes de pagar su inscripción en ambos tipos de instituciones.
Conclusión: no se si estas reglamentaciones lograrán que los servicios de higiene y seguridad y de medicina laboral se acerquen más de los trabajadores, pero desde ya lograrán alejarlos de los ergónomos, y lograrán que los ergónomos formados no puedan acceder a los trabajadores por el tsunami de pseudo ergónomos que van a liberar tanto los reguladores que no escucharon nuestras alertas y que aceptaron las validaciones de instituciones como la ADEA que no cumplen con las consultas del caso a sus integrantes, quizás y seguramente por error, y las clásicas necesidades de sobrevivir económicamente en un país en el que nos debemos un debate acerca de cuál es la política de Estado que llevaremos a cabo para tratar el tema de la salud laboral seriamente. Lo que hacemos por ahora solo enriquece a los comerciantes, y eso que yo sepa no impacta en la salud de los trabajadores, salvo en esa minúscula porción de la sociedad que como consecuencia come mejor, pero vive de la carroña.
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